10/5/16

Yogurt, deliciosa medicina [10-5-16]


Yogurt, deliciosa medicina

Lo podemos disfrutar en su forma tradicional, acompañado de fruta, cereal y miel, como helado o ligero para beber. De cualquier modo, el yogurt es alimento rico en minerales y proteínas, bien asimilado por personas con intolerancia a la lactosa, y el cual ayuda a crear inmunidad ante infecciones

Originario de Bulgaria y conocido popularmente por su nombre turco, el yogurt es un fermento que se obtiene tratando leche entera o descremada a partir de la acción de ciertas bacterias benéficas para la flora intestinal (Streptococcus termophilus y Lactobacillus bulgarius) que provocan una transformación parcial de la lactosa (azúcar) en ácido láctico y coagulan las proteínas; de ahí dos de sus características físicas más notables: sabor agrio y textura cremosa sin llegar a sólida.

Dependiendo del lugar donde nos situemos, encontraremos que para su elaboración se emplea leche de uno o más mamíferos (vaca, oveja, cabra, yegua, búfala o camella), dando como resultado productos con ligeras variaciones de sabor y consistencia, pero que en esencia mantienen las mismas cualidades.

Además de ser fresco y agradable al paladar, seguramente es su versatilidad para combinar con el sabor de las más distintas frutas (fresa, durazno, limón, frambuesa, piña, coco, por citar algunas) lo que más ha contribuido a su popularidad en todo el orbe, al grado que muchos lo consideran, incluso, una golosina. Sin embargo, es más lo que podemos decir de este producto lácteo, como veremos a continuación.

Propiedades nutricionales y terapéuticas

De acuerdo con diferentes análisis, el yogurt es un alimento superior a la leche: se puede conservar más tiempo, no ocasiona problema de gases intestinales o indigestión a quienes no toleran la lactosa, dado que sus grasas y proteínas se encuentran predigeridas por los organismos, y posee proporcionalmente más calcio que la misma leche.

De esta forma, este alimento es ideal para ayudar a mantener consumo elevado de este mineral, de modo que ayuda a la salud de los huesos. Esto es especialmente benéfico para los niños, ya que contribuye al desarrollo y fortalecimiento del esqueleto, así como para aquellas personas que padecen osteoporosis (enfermedad en la que el esqueleto se debilita y se vuelve poroso), quienes lograrán mejores resultados si agregan a su dieta alimentos con vitamina D y llevan a cabo una rutina deportiva indicada por el médico.

Terapéuticamente, el yogurt no tiene rival en la regeneración de la flora intestinal, gracias a que en él viven Lactobacillus acidophillus, organismos que se encuentran en el tracto digestivo y que ayudan a mantener el balance adecuado de la flora intestinal benéfica. Asimismo, estos seres microscópicos obligan al cuerpo a producir interferón gamma, sustancia inmune muy activa que es empleada contra infecciones (en las mujeres ayuda a evitar aquellas que se originan en la vagina) y la cual además puede reducir la severidad de las alergias.

Con el objetivo de valorar este hecho, un estudio realizado en el Instituto de Investigación Hassan II, en Rabat, Marruecos, se dedicó a analizar las reacciones de 20 voluntarios al consumir productos lácteos. Los miembros del primer grupo consumieron una sola vez 100 gramos de yogurt, los del segundo bebieron 100 mililitros de leche en igual periodo, los del tercero ingirieron 250 gramos de yogurt diarios por 15 jornadas, en tanto que los del cuarto tomaron 250 mililitros de leche por día, en idéntica cantidad de tiempo que sus antecesores inmediatos.

Los individuos que consumieron yogurt en una única ocasión experimentaron un incremento de interferón en su sangre a las 24 horas de la ingesta, mucho más rápido que en quienes consumieron leche. Asimismo, quienes ingirieron el producto lácteo fermentado por 15 días observaron en todo caso un incremento de su inmunidad proporcionalmente mayor que en quienes ingirieron leche pasteurizada.

En la presentación de sus resultados, los científicos destacaron que la dieta con yogurt permite adecuada recuperación nutricional y aumenta los patrones inmunológicos, y recordaron que la Organización Mundial de la Salud (OMS) sugiere el consumo de yogurt en la asistencia nutricional, dado que es buena forma para conservar la leche, tiene alto valor nutritivo (aporta proteínas de alta calidad, vitaminas, carbohidratos y grasas), y es mejor tolerado por los niños con problemas de desnutrición.

Valor nutricional

Por si todo lo anteriormente comentado fuera poco, podemos mencionar que cada 100 mililitros de yogurt natural, elaborado con leche entera de vaca, proporcionan 155 miligramos de potasio, 121 de calcio, 46 de sodio y 12 de magnesio, a la vez que contienen 4.7 gramos de hidratos de carbono, 3.5 de proteínas y 3.3 grasas, y cantidades considerables de vitaminas A, C y del complejo B. Además, pensando en aquellas personas que deseen gozar de estos beneficios con pocas calorías, existen en el mercado yogurts elaborados con leche semidescremada.

Habrá que agregar que pese a tantas ventajas el consumo de yogurt en México sigue siendo bajo. Sin embargo, en fechas recientes se ha dado un repunte y hay quienes lo elaboran entusiastamente de manera casera; ellos han conocido sus beneficios. Anímese, y disfrute de este alimento.
 

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